“Cómo en un buen San Lunes,
Sentado al fuego de la herrería
Contando lo hecho ese Domingo,
Y conspirando en alegre regocijo,
Pronto oigo levantarse la trampilla,
En la escalera está mi esposa:
“Maldito seas, Jack, te voy a desempolvar los ojos,
Llevas una agraviante vida de borracho;
Estás aquí en lugar de trabajar;
Con la jarra en las rodillas;
Maldito seas, que siempre estás ocioso.
Y yo trabajo como una esclava para ti”.
La esposa continúa hablando “con movimiento más rápido/ que mi taladro a ritmo de Viernes”, expresando la efectiva demanda del consumidor:
“Ve, mira mi corsé,
Mira qué par de zapatos;
Vestido y enaguas medio podridos,
No hay ni un punto entero en mis medias…”
E informa de una huelga general:
“Tu sabes que detesto la pendencia y la pelea,
Pero no tengo ni jabón ni té;
Por Dios, Jack, que olvides el barril,
O nunca más yacerás conmigo.”
"The Songs of Joseph Mother, Sheffield, 1862, pp. 88-90". En Thompson, Edward (1979) Tradición, revuelta y conciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad pre industrial. Barcelona: Ed. Crítica.
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