BIENVENIDOS AL CURSO DE CULTURA CONTEMPORÁNEA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO
Hay muy pocos conceptos que han sido objeto de un uso tan generalizado
y, sin embargo, tan poco claro como el de cultura.
Para nuestra
Cátedra, la cultura tiene mucho que ver con la comunicación, con las
significaciones compartidas que permiten la interacción de un grupo.
Desde esta
perspectiva, la cultura no es patrimonio de unos pocos y, precisamente por
ello, dicha concepción presupone cierta distancia con nociones que impliquen
una equiparación entre cultura y “alta cultura”. Por el contrario –y tal como
quedará explicitado en las primeras clases- ustedes y nosotros somos miembros
competentes de una cultura, jugadores diestros para movernos con eficacia en un
campo de juego (el de la cultura) cuyas reglas creemos conocer bien.
Por esta
situación, porque estamos inmersos en aquello que pretendemos estudiar, nos
enfrentamos a algunas dificultades para abordar nuestro objeto de estudio.
Cuando llevamos mucho tiempo de ser socializados (“culturizados”) en torno a la
“naturalidad” de un cierto orden de cosas (por ejemplo, los códigos culturales
que reconocemos como legítimos), es difícil admitir que dichas cosas podrían
ser de otro modo. Tan sólo para poner un ejemplo, para quienes han sido
educados dentro de cierta lengua, parecería existir una especie de vínculo
natural y necesario entre el sonido de una palabra y el objeto al que se
refiere.
Entonces, analizar el mundo de la cultura no es tarea fácil, no es sencillo
descifrar la arbitrariedad que se esconde detrás de lo que asoma en la realidad
como “natural”.
Precisamente,
esa especie de ceguera forma parte del juego de la cultura y de allí que
nuestra propuesta consiste en indagar más allá de la superficie de las
creencias habituales. El desafío que nos proponemos es justamente estimular en
ustedes –quizás con la excusa de estudiar la cultura- el desarrollo de la
curiosidad y la indagación creativa que ponga en tela de juicio lo dado como el
único orden posible (desfamiliarizar lo familiar, en términos de un autor
llamado Z. Bauman a quien leeremos durante el curso).
Los textos que
trabajaremos van en esa dirección, deberían servir para pensar que detrás de la
pedagogía de la compleja maquinaria de consumo en nuestras sociedades no existe
sólo la banalidad, el hedonismo o la azarosa colonización del deseo, detrás
residen nada menos y nada más que cuestiones de poder. Creemos no equivocarnos
si dijéramos que el curso, en su totalidad, es una reflexión sobre mecanismos,
dispositivos, estrategias de poder en los tiempos que corren.
Por ello,
nuestra asignatura forma parte del ciclo de estudios introductorios de nuestra
universidad. Las competencias que deben estimularse en ese ciclo son
fundamentalmente las recién apuntadas: ayudar a la formación en nuestros
alumnos de la capacidad de reflexión crítica frente a la realidad. Los
expertizajes disciplinarios específicos están en los libros -como lo venimos
diciendo hace años y como nos escucharán decir en este curso- pero la capacidad
de pensar con autonomía es un aprendizaje que implica una actitud de vida
ligada a la búsqueda de libertad. Y ese aprendizaje hay que iniciarlo y
ejercitarlo desde el inicio en la fascinante aventura por el conocimiento que
ustedes han emprendido. Sin ese atributo,
esencial en la formación de un alumno de educación superior en una universidad
pública estatal, los conocimientos técnicos flotan en el vacío, sin anclajes.
La concepción que privilegiamos en la formación de nuestros alumnos apunta a la
revalorización de la educación como poseedora de valores propios y no sólo como
respuesta a demandas utilitaristas en clave de valores económicos.
Edgar Morin
sostiene que la reforma del pensamiento es una misión social clave: formar
ciudadanos capaces de afrontar los problemas de su tiempo. Pensar en éstos
términos es desestimar las tendencias de las McUniversidades (sobre el McMundo
hablaremos en las primeras clases); implica alentar en nuestras aulas un clima
cultural en donde la educación sea apreciada no sólo por los servicios que
pueda prestar, sino por los valores que representa. Esos valores apuntan en
nuestra asignatura, como en otras del ciclo inicial, “a formar” una calidad de
ser humano con una cierta concepción del mundo, concepción en el que la
barbarie sea intolerable y la inequidad y la injusticia signifiquen un desafío
en el cual valga la pena destinar todos los esfuerzos posibles en la futura
vida profesional.
Como podrán
apreciar, pareciera que hemos hablado poco de cultura, y un poco más de ciertos
valores, aunque estos sólo tienen sentido en un determinado marco cultural.
Nuestra perspectiva está planteada y la experiencia en los años pasados en
nuestra joven universidad ha sido siempre positiva en ese sentido. Pero,
debemos destacar que concebir el conocimiento en los términos planteados exige
dedicación, una férrea voluntad y metas inclaudicables. Esto es nada más y nada
menos lo que esperamos de ustedes.
Les deseamos una buena cursada y bienvenidos a esta introducción al mundo
de la cultura.
Prof. Titular Lic. Enrique Valiente y
Equipo Docente
Entonces, analizar el mundo de la cultura no es tarea fácil, no es sencillo descifrar la arbitrariedad que se esconde detrás de lo que asoma en la realidad como “natural”.
Nuestra perspectiva está planteada y la experiencia en los años pasados en nuestra joven universidad ha sido siempre positiva en ese sentido. Pero, debemos destacar que concebir el conocimiento en los términos planteados exige dedicación, una férrea voluntad y metas inclaudicables. Esto es nada más y nada menos lo que esperamos de ustedes.
Les deseamos una buena cursada y bienvenidos a esta introducción al mundo de la cultura.
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